Dijo Whitman


" (.....)
Por mí fluyen sin cesar todas las cosas del Universo.
Todo se ha escrito para mí,
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.
Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la noche
con un carbón encendido.
Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy más orgulloso que los cimientos
desde los cuales se levanta mi casa.)
Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.
Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el más grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré...
esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tú llamas disolución,
por que conozco la amplitud del tiempo."
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Dónde estoy yo?


Érase una vez un hombre sumamente estúpido -un loco o quizás un sabio- que, cuando se levantaba por las mañanas, tardaba tanto tiempo en encontrar su ropa que por las noches casi no se atrevía a acostarse, sólo de pensar en lo que le aguardaba cuando despertara.

Una noche tomó papel y lápiz y, a medida que se desnudaba, iba anotando el nombre de cada prenda y el lugar exacto en que la dejaba.
A la mañana siguiente sacó el papel y leyó: "calzoncillos..." y allí estaban. Se los puso. "Camisa..." allí estaba. Se la puso también. "Sombrero..." allí estaba. Y se lo encasquetó en la cabeza.
Estaba verdaderamente encantado... hasta que le asaltó un horrible pensamiento:

-¿Y yo...? ¿Dónde estoy yo?
Había olvidado anotarlo. De modo que se puso a buscar y a buscar.... pero en vano. No pudo encontrarse a sí mismo.
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Afrontar el problema, una historia real


No importa cuán previsores seamos: la vida va presentando, aquí y allá, el desafío de lo imprevisto... que a veces nos toma totalmente inermes! O, al menos, aparentemente inermes. Veamos... Nuestra especie tiene distintas alternativas para resolver problemas. Las principales son:

1- Lanzarnos vigorosamente contra la circunstancia, arremetiendo de modo contundente.
2 - Esperar con inteligencia, hasta que la situación pase, o bien hasta que se aclaren las circunstancias.
3 - Retirarnos de la situación, a sabiendas de que cualquiera de las dos opciones anteriores sólo la agravarán.

En la mayoría de los animales, estas tres opciones se resumen en tres mecanismos ante una situación de riesgo: lugar, quedarse paralizado, o huir. Rara vez (aunque no siempre) un animal puede elegir hacer algo diferente de lo que su instinto tiene programado. El animal humano, en cambio, si se mantiene lúcido, podría llegar a elegir cuál de las tres alternativas sería la apropiada en cada circunstancia. Es más: dispondría de una cuarta alternativa: el recurso inconsciente. ¿Qué es eso? Dejar salir desde lo más profundo un tipo de respuesta no catalogable entre las otras tres, que se caracteriza por ser sumamente creativa, ingeniosa, imprevisible desde la lógica, y capaz de ser implementada aún en condiciones de muy escasos recursos externos. A veces, inclusive, ese tipo de respuesta puede tener hasta cierto toque de humor, cierta gracia... Hay un relato inolvidable que describe esta posibilidad. El protagonista es Giuseppe Lanza del Vasto (1901-1981). Filósofo, poeta y artista, fue uno de los principales discípulos de Gandhi, trabajando en el diálogo interreligioso, el activismo ecológico y la no-violencia (misión para la cual fundó el Movimiento del Arca, aún existente).

Habiendo escuchado sobre el accionar de Gandhi en la India y su obrar desde la no-violencia, quedó tan impactado en su alma que decidió renunciar a su acomodada posición socioeconómica en Italia, y asumir en cambio una pobreza voluntaria. En busca de su propio espíritu, hacia el final de su primera juventud, viajó hasta la India, y dispuso para sí mismo que debía probarse qué saldría de su interior ante circunstancias no tan cómodas como las de su crianza, sino tan rudas como las de cualquier pobre del mundo. Así, comenzó este viaje iniciático que luego relataría en su libro "Peregrinación a las Fuentes". Eligió llevar el mínimo de recursos materiales: un taparrabos, unas sandalias muy sencillas, una escudilla de lata y un pequeño cuchillo con el que tallar madera y abrir las frutas silvestres. Así, casi desnudo, se largó a andar los senderos de aquél vasto continente, en un peregrinaje que le llevaría a ser quien fue.

Cuenta Lanza que un día iba a paso firme por un sendero de la selva, rodeado de altísimas cañas, y escuchando sólo los agrestes sonidos de la Naturaleza. De pronto, allí estaba: como una aparición de otro mundo, se asomó entre el verde follaje la enormísima cabeza de un Tigre de Bengala. Ambos se miraron a los ojos. Era muy corta la distancia entre uno y otro. Ese humano era la presa más fácil imaginable: ya sea que huyera, que quedara paralizado, o bien que se tirara contra el tigre con su insignificante cuchillo, el fin era inevitablemente el mismo. Sin embargo, en ese momento, nació del interior del joven una conducta insólita, aún para sí mismo. (Nuestro Inconsciente es muy capaz de hacer estas cosas!...). Sin bajar la vista, Lanza le sonrió al animal, y lentamente comenzó a subir su escudilla a la altura de su propio hombro, dejándola colgar entre la punta de sus dedos, como si fuera un gong oriental, o una campana. Con la otra mano, también lentamente, subió su cuchillo, sosteniéndolo del lado del filo... y comenzó a golpetear la escudilla con el mango del cuchillo, ejecutando una improvisada música con cautivante ritmo. Siguiendo el son, Lanza comenzó a dar pequeños saltos, danzando con pasos gráciles, a izquierda y derecha, mientras imperceptiblemente retrocedía. El tigre quedó estupefacto! Por qué? Porque, como depredador, un tigre está programado sólo para responder a alguna de esas tres reacciones básicas de su posible presa... pero no está preparado para esto! Cuenta Lanza que el tigre se quedó sentado, mirándolo un rato, quizás sin saber qué hacer, inclinando la cabeza hacia un costado y hacia el otro, como preguntándose qué demonios estaba sucediendo. Y luego de mirar y mirar al danzarín... simplemente se levantó y se fue. Lanza nunca olvidaría la preciosa enseñanza que esta circunstancia le había regalado...

¿Qué habría pasado si aquel joven se hubiese resignado a su suerte... o si se hubiese limitado a autoinculparse por estar allí... o bien a lamentarse de su mala suerte... o a maldecir la aparición del tigre? Si quiere, llévese a este tigre consigo. O, mejor: sepa que dentro de sí, para los momentos de emergencia, Ud. guarda alguna escudilla, algún pequeño cuchillo, pero, sobre todo, su invaluable capacidad de danzar, dejando que emerja de lo profundo una inteligencia que siempre está disponible... -sobre todo si uno confía en ella!
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Macrobiótica


La macrobiótica, viene del “macro” Grande o Larga y “biótica” Vida. Larga Vida.
La Macrobiótica no es una dieta, es un estilo de vida. Se basa en la filosofía Oriental del Principio Único, también conocido como el Yin y el Yang, el equilibrio entre los opuestos.
George Oshawa recuperó y extendió un antiguo modo de vida y alimentación:
La macrobiótica
Toma la forma de una autogestión de la salud accesible y eficaz, ya que está basada en la comprensión de las leyes de la naturaleza aplicadas a la dieta. No rechazamos nada, al revés, lo abarcamos todo, ya que de lo que se trata es de precisar, dar una información y el modo de manejarla. Los alimentos son la esencia de la vida y se transforman en sangre y células.
Todo nace de nuestro cuerpo
Todo depende básicamente de dos cosas: emociones y dieta, que forman una relación estrecha, a veces viciosa y de la cual no es fácil salir: dulces, lácteos, cacao, café, huevos, y excesos en general.
Las leyes principales en la naturaleza visto desde el punto de vista de la macrobiótica y basándonos en el ritmo de las estaciones son:
1º lo pesado que calienta, contrae, endurece. Yang
2º lo que sube, se expande, se enfría, necesita calor, acumular liquido y ablandar, diluir la sangre. Ying
Estos dos tipos de alimentos están definidos en su composición por las sales minerales:
Sodio del primer caso y Potasio en el segundo, que son las sales mas abundantes y las que tienen mayor oposición entre si y por tanto las que llevan el trabajo de regular el Ph, o sea los líquidos sin menospreciar otros alimentos. Del correcto equilibrio de ellas depende la armonía en nuestro cuerpo y en nuestra vida en gran parte.
Sus Objetivos son:
Resistencia al cansancio y condiciones climáticas adversas, buen descanso pudiendo reducir las horas de sueño sin mermar el descanso, buena memoria, humor y apetito sin gula ni lujuria. Buen rendimiento y afectividad y prosperidad tanto ética como material.
La Macrobiótica restituye el ritmo de la naturaleza y su armonía en el ser humano, no solo por recuperar el ritmo de las estaciones, sino también a nivel biológico. Las hormonas añadidas a los alimentos que ingerimos nos hacen madurar más rápido y envejecer antes.: premenopausia y cánceres en el aparato reproductor.
Se basa en el equilibrio de los cinco elementos de la naturaleza. Cada elemento está relacionado con una estación del año, direcciones, sabores, colores, partes del cuerpo, climas, emociones, etc.
Todo en uno y al mismo tiempo
Vivimos rápido y sufriendo sin apenas conciencia de ello y sin compensación ni suficiente descanso sumergidos en una inercia anestesiante que proporciona el mismo sistema, evidentemente: perdiendo nuestro centro. Hay que cambiar esto, pero con inteligencia y continuidad lo que proporciona estabilidad y solidez, con objetivos alcanzables y llegando al final de una forma flexible, no con ritmos explosivos que crean rechazo e inestabilidad y se apagan enseguida haciendo más que nada ruido, o sea recuperar el SENTIDO COMÚN, el menos común de los sentidos.
Macrobiótica y las Emociones
Las emociones y actitudes pueden ser estudiadas como opuestos complementarios, tal como se clasifican las comidas dentro de la macrobiótica.
Las emociones negativas están relacionadas con algún desequilibrio en el funcionamiento de algún órgano de nuestro cuerpo. El odio, la irritabilidad, la violencia son emociones conectadas con la condición del hígado - la emoción opuesta que equilibra es el perdón, la indulgencia. La preocupación y tristeza se relacionan con el estómago, bazo y páncreas. El miedo excesivo se conecta con los riñones y vejiga. La ansiedad y nerviosismo se relacionan con el corazón, la falta de reacción o la reacción excesiva se relaciona con los pulmones.

Desde el punto de vista de las características positivas (cuando los órganos están en equilibrio) el hígado se relaciona con la benevolencia y la amabilidad, el corazón con la comunicación y las relaciones, el estómago/páncreas/bazo se relaciona con la consciencia de nuestra potencialidad y con la creatividad, los pulmones con la concentración, los riñones y vejiga con el coraje, las ganas, la fuerza interior.
De esta manera, podemos decir que las emociones son síntomas de nuestra salud física y pueden ser modificadas analizando la condición del órgano específico con el cual se relacionan.
Existe mucha gente que si bien físicamente se encuentra saludable sus síntomas emocionales (enojo, miedo, depresión, pesadumbre, etc.) o el deseo de encontrar mayor profundidad espiritual lo llevan a comenzar un estilo de vida macrobiótico. La macrobiótica también ayuda a comprender más profundamente cómo nuestras emociones también son un espejo de nuestra condición y salud y la manera de equilibrarlas.

La macrobiótica estudia los opuestos y complementarios - esto nos permite enfocarnos en los excesos y deficiencias y respetar nuestras limitaciones manteniendo la armonía en nuestra vida cotidiana. Empezamos a ser conscientes de cuánto es demasiada actividad o demasiada relajación, demasiada rigidez o flexibilidad, actitudes positivas o negativas, etc. Todo tiene su opuesto y su complementario y para estar en armonía es importante que éstos se encuentren equilibrados.

Macrobiótica y Salud
Los principios macrobióticos aplicables a la nutrición y a la salud en general pueden dar resultados verdaderamente asombrosos.
A través de esta alimentación reconstruimos y purificamos nuestra sangre devolviéndole la salud al organismo. Cuando logramos mejorar la calidad de nuestra sangre, nuestra salud, inmunidad y bienestar se ven fortalecidos. De esta manera los "cimientos o pilares" de nuestra salud son sólidos, fuertes.
El objetivo de la macrobiótica no consiste en obsesionarse con la comida ni con la salud. Simplemente busca comprender cómo actúan los alimentos en nuestro organismo y lograr un óptimo nivel de salud para poder despreocuparnos de las enfermedades y de la energía destinada a resolver constantes problemas de salud, dolores, depresión, malestares en general. Así, si la salud física y mental se encuentran en orden, podemos enfocar nuestras energías hacia nuestros emprendimientos, proyectos, familia, relaciones, etc.
Como podemos observar, la macrobiótica es una manera de enfocar la vida, y no simplemente una dieta sana y natural como tantas otras. La clave de la macrobiótica es observar si la estamos disfrutando y nos hace sentir felices, de lo contrario no tiene sentido ya que la vida está hecha para disfrutarla. Lo maravilloso de la macrobiótica es la flexibilidad, cada persona puede practicarla de acuerdo con sus propias necesidades y circunstancias.
Recuperando la salud...
La calidad de nuestra sangre la creamos cada día de nuestras vidas. Nuestra sangre alimenta las células, tejidos, órganos, genes, hormonas, nervios, cerebro. La calidad de éstos estará directamente relacionada con la calidad de la sangre. El enfoque macrobiótico nos enseña que si algún órgano de nuestro cuerpo se ve afectado, tendremos que cambiar la calidad de la sangre que lo nutre para modificar esa condición. Asimismo, si una persona tiene muchos cambios anímicos, se encuentra depresiva o mentalmente inestable, la sangre nuevamente es un factor importantísimo ya que ésta nutre los componentes de todo el sistema nervioso.
Los factores que influyen en la calidad de nuestra sangre son:
· pH - Equilibrio entre ácidos y alcalinos
· Azúcar
· Grasas y aceites
· Agua
· Equilibrio sodio/potasio
· Concentración de otros minerales
· Equilibrio yin-yang
Si aprendes a cambiar la calidad de tu sangre, puedes crear y mantener la salud en forma estable y armoniosa.
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